martes, 21 de mayo de 2019

Acoso Sexual en la universidad: secreto a voces y encubrimiento institucional

Por: Aqueronte


El poder y la posición jerárquica del agresor con respecto a la víctima de acoso sexual elementos claves tomados en la definición del Acoso Sexual establecido en la Ley 348.  Su artículo 312 reza:

La persona que valiéndose de una posición jerárquica o poder de cualquier índole hostigue, persiga, exija, apremie, amenace con producirle un daño o perjuicio cualquiera, condicione la obtención de un beneficio u obligue por cualquier medio a otra persona a mantener una relación o realizar actos o tener comportamientos de contenido sexual que de otra forma no serían consentidos…”

El carácter punitivo de la Ley estable de cuatro a ocho años de privación de libertad para los que incurran en éste delito, y se agravaría un tercio de la pena en caso tratarse de un servidor público (al que además debiera destituirse del cargo).  

La Universidad, el albergue de los acosadores

“…las instituciones de enseñanza universitaria pueden ser un escenario hostil para las mujeres, donde hay un grado elevado de tolerancia a conductas que pueden caracterizarse como de acoso sexual tanto por parte de las propias víctimas como por parte del medio en el que se produce”, dice la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe “Otras formas de violencia contra la mujer que reconocer, nombrar y visibilizar”. 

En el marco de una universidad gobernada por roscas, la universidad se constituye en un espacio que, por excelencia,  permite el desarrollo de este tipo de prácticas que, si bien afectan a los dos sexos, en su mayoría las víctimas de los mismo son las mujeres. 
En las Universidades bolivianas, se han destapado varios casos de acoso sexual ejercido fundamentalmente por docentes en forma de chantaje hacía las estudiantes universitarias, pero la gran mayoría de víctimas permanecen en silencio y no lo denuncian. La nota constituye el arma que les otorga poder y jerarquía a los docentes frente a las estudiantes
Sin embargo no es una  práctica exclusiva de docentes, lo es también de dirigentes, los funcionarios y es muy común entre auxiliares de docencia. (https://correodelsur.com/local/20180217_aumentan-las-denuncias-de-acoso-sexual-en-la-u.html).

Se saben, pero  se calla por temor

La gran dificultad por la que han atravesado los casos de acoso sexual al interior de las universidades,  pasan por la superación del silencio y que los casos se constituyan en denuncia. Las estudiantes no denuncian  por temor  que su situación empeore, a ser re victimizadas por sus compañeros, por no perder el año en la materia o porque el sistema de justicia es poco efectivo. Desde las experiencias personales de las estudiantes el índice de crecimiento del acoso sexual es elevado eso quiere decir que la violencia hacia ellas está mediada por un conjunto de prácticas sexuales sin consentimiento.

Las repercusiones después de haber sufrido acoso sexual son variadas, por un lado está el miedo y la burla pública por otro la preocupación de que una denuncia se diluya en el encubrimiento  y ésta derive en otro tipo de violencia. Se han conocido casos en los que las mujeres universitarias deben abandonar los estudios pues es inviable su paso de un curso a otro por situaciones de hostigamiento en las notas por parte del docente.

Por último, está la naturalización del problema, es decir, se considera como algo inevitable y producto de la naturaleza humana y que por lo tanto solo hay que entenderla. La naturalización del acoso sexual, es parte de la mentalidad machista de nuestra sociedad, mentalidad que posiciona al varón con determinados roles y a la mujer con otros. En último término, son relaciones asimétricas, en la que la mujer aparece en un segundo plano y relegada a tareas domésticas, de carácter secundario para la sociedad o mejor dicho, como una cosa, en este caso, como cosa sexual.

El desprestigiado rol docente que tiene como asidero la mala calidad en su formación es agudizado por este tipo de prácticas sexuales. El acoso sexual por parte de docentes, es conocido en el contexto interno y externo al espacio universitario, pero no hay un silencio omiso a la denuncia y a la sanción

Reglamentos e instancias especiales bajo la organización estudiantil para frenar el acoso sexual

El Observatorio Universitario de Igualdad de Género, conformado por  14 universidades de Santa Cruz, logró que los rectores firmen un acuerdo para elaborar reglamentos que prohíban expresamente el acoso sexual. Muchas universidades aún no han redactado dicho reglamento, pero aun teniéndolos,  son un saludo a la bandera, en un contexto de poder y arbitrariedad docente amparados por las camarillas. 

La carencia de una normativa legal sobre el acoso sexual en muchas universidades, no contribuye a visibilizar y enfrentar este problema. Aun con la normativa correspondiente -en la asfixia presupuestaria  la privatización privatización de la educación superior- las casas superiores no tienen como política la implementación de planes de prevención, de sensibilización y educación sobre la problemática.

Está claro que la investigación, sanción y apoyo a los y las estudiantes víctimas, no viene de la mano de las autoridades de una universidad decadente, sino de la organización y la presión de los afectados. Se precisa, en el marco del Cogobierno y la organización estudiantil, establecer un espacio, órgano o mecanismo destinado a defender, a proteger a las víctimas, a investigar y a rastrear este tipo de prácticas.

2 comentarios:

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  2. Muy necesario tu artículo, con unas compañeras de la Gabriel nos estamos movilizando al respecto. Me gustaría contactarme con vos, ¿cómo hago?

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