La reciente aprobación de la Ley de Libertades
Religiosas, contrariamente a lo que afirma el gobierno, no se formuló para
garantizar el ejercicio del derecho que cualquier ciudadano tiene de profesar, o no, libremente una religión. Esta Ley, niega en los hechos, el ESTADO LAICO
(CPE, 2009), porque se centra en extender
para las iglesias evangélicas,
los privilegios de que gozaba la iglesia católica.
Como buen bonapartista burgués Evo Morales, que
nunca dialoga con los sectores populares, se sentó a negociar -entre sonrisas y halagos-
las demandas de las iglesias evangélicas.
Bajo las luces de las fiestas de fin de año, el 24 de diciembre del año pasado,
Morales, junto a una delegación de alto nivel (ministro de la Presidencia y los
presidentes de las dos Cámaras legislativas) recibió en la Casa del Pueblo -en
audiencia privada- a los principales
representantes de las iglesias evangélicas. Ahí se transó la elaboración de la Ley
promulgada en abril de este año.
Más impuestos
para los trabajadores y menos impuestos para los lucradores
Una de las concesiones más importantes que hace esta ley a las iglesias evangélicas,
es aquella que les permite seguir asaltando los bolsillos de sus creyentes y
sin pagar impuestos reales al Estado.
En medio de una reforma tributaria anti-obrera en
camino, que sacudirá aún más los bolsillos de las familias trabajadoras y
beneficiará también más a los grandes capitalistas, las iglesias evangélicas gozarán
de impuesto diferenciado, gracias a que
en esta nueva Ley figuraran como “instituciones sin fines de lucro”. Nada más
falso. Toda la población sabe la vida de lujos que tienen los líderes religiosos,
gracias a los diezmos de los creyentes pobres a los que la religión los vuelve
más pasivos, pues alivian su realidad
económica de supervivencia esperando el paraíso prometido en la “otra vida”.
Se garantiza
la injerencia moralista religiosa en la educación
El gobierno y la iglesia saben que la clave para
que la población abrace las doctrinas pro estatus quo es controlar la
educación. Es decir, que para tener nuevas generaciones de ovejas sumisas deben
intervenir en los colegios. El pacto Gobierno-Iglesias fue sellado tanto en una
reunión con la iglesia evangelista, donde su representante manifestó: “Nos
llenó de mucho ánimo escuchar al presidente pidiendo a la Iglesia evangélica
que sea un aliado en los temas sociales”; así lo hizo en una reunión
anterior con la iglesia católica -en julio del año pasado-, con la presencia
del recién ungido cardenal Ticona. El punto común fue la coordinación conjunta de
“proyectos sociales que preserven valores y resguarden la vida y la
familia”. ¡Los valores machistas y el resguardo de la vida de un embrión por
encima de la vida de las mujeres que se ven obligadas a abortar, está claro!
Así, el gobierno dio la venia a las iglesias para
implementar sus programas educativos doctrinarios, no sólo en sus espacios de
acción -como colegios de convenio, universidades
católicas y evangélicas- sino, en otros espacios no confesionales abiertos por
el gobierno. Es decir, un rol que le pertenece exclusivamente al estado, se
estaría delegando a las iglesias conservadoras, reaccionarias, machistas, homofóbicas, anti-aborto legal y pro violencia hacia las
mujeres, enemigas de la educación sexual y científica, en resumen: ANTI
DERECHOS.
Una alianza
estratégica
La Ley de Libertades Religiosas, y los constantes
“acuerdos” (pactos) constituyen nuevas concesiones al poder eclesial para que
cumpla su rol de contención de las luchas -mucho más en épocas de crisis
venideras-, la mantención del orden social vigente, que oprime doblemente a las
mujeres. El gobierno representante de la burguesía nativa y partidario del
orden social explotador existente, tiene hoy en las iglesias evangélicas -así
como ya tenía en la iglesia católica- a
los garantes para que las masas trabajadoras en vez de revolución pidan
resurrección.
Al gobierno de Evo Morales que hoy se encuentra en
una crisis política profunda, este pacto con la iglesia evangélica le garantiza
la votos para las elecciones presidenciales.
Las mujeres y
los niños las víctimas eternas del poder clerical
La ideología de subordinación para las mujeres y
poder patriarcal para los hombres -principalmente para los curas o líderes
religiosos- que predican todas las iglesias en general de la mano del régimen
de opresión capitalista, es la responsable de la violencia que sufrimos mujeres
y niños por igual, como elementos del último eslabón de poder y dominación.
No importa que las madres bolivianas seamos las que
garanticemos el sustento de nuestros hogares a través del trabajo informal o de
asalariadas, o a la vez sigamos de esclavas en el hogar -ahí nos quieren- ,
para la iglesia siempre tendremos un rol subordinado respecto a nuestras parejas,
padres, hermanos, etc. Por ello se creen con el derecho de disponer de nuestros
cuerpo y nuestras vidas. En lo que va
del año hay una treitena de feminicidios, así mismo, múltiples e indignantes
casos de abuso y maltrato infantil. Sólo las dos últimas semanas de abril los
casos públicos de tres niñas de 11, y 13 años en Pando, Santa Cruz y El Alto
violadas y embarazadas y obligadas a seguir su embarazo o abortar en la clandestinidad y morir. Todo
esto y más con la sacrosanta bendición de la iglesia.
Mientras el mundo condena al Vaticano por el
encubrimiento de los curas pederastas (escándalo que justamente hoy pone a las
iglesia católica en una de las mayores crisis institucionales), se suma la
crisis económica en Bolivia y el Mundo,
que permite a las iglesias evangélicas, nutrirse de masas
trabajadoras.
Exigimos un Estado
Laico
Mientras continúe la alianza criminal entre Estado y la Iglesia, nuestra situación de opresión, violencia y
pobreza continuará. En Bolivia, formalmente “rige el Estado laico” pero como
todas las reformas progresistas hechas por el MAS, han sido formuladas para el
discurso. En la práctica Evo Morales les da más poder a los jerarcas de las
iglesias que viven alejados de la realidad de sus bases de creyentes y reciben beneficios por partida doble:
evadiendo impuestos (a través de exenciones impositivas) y a través de los diezmos.
La vulneración al principio de Estado Laico, se relaciona con los intereses de opresión de
las clases explotadas que tienen los capitalistas. La Ley de Libertades
Religiosas no sólo amplia los privilegios de las iglesias sino sobrepone los
derechos de éstas por sobre los derechos de los ciudadanos.
Exigimos se garantice el Estado Laico, que
significa cero financiamiento o inversión presupuestaria estatal para las
iglesias, nula intervención de las iglesias en la educación, educación sexual
laica, científica e integral, suplantación de los feriados religiosos por días
libres para las familias trabajadoras sin imposiciones de las agendas
religiosas, debate del aborto sin intromisión de los moralismos religiosos.
Libertad de culto sí, pero sin privilegios ni apoyo estatal a las instituciones
religiosas.
Hay que luchar por la anulación de la
Ley de Libertades Religiosas, que está hecha para privilegiar a las
instituciones religiosas por sobre cualquier otro ciudadano.
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