sábado, 29 de junio de 2019

A 50 años de Stonewall: De la mano, mujeres y lesbianas marchamos contra el régimen de opresión


Por Habichuela Roja

Este 28 de junio se conmemora 50 años de la Rebelión de Stonewall, el día que inicio un movimiento de liberación internacional de las personas de las diversidades y disidencias sexuales. Y que dio origen al “Día del Orgullo”, para que nunca más las personas pertenecientes a este sector tengan que bajar la cabeza producto de la marginación impuesta por los estados, la iglesia y el régimen capitalista.



Como todas fecha para reivindicar derechos, el Día del Orgullo tiene un antecedente histórico de lucha en Nueva York, en el bar Stonewall. El día que un sector de la comunidad LGTBIQ se reveló, resistió y enfrentó al estado represivo neoyorquino, representado por las fuerzas policiales, que mantenía a homosexuales, lesbianas y trans en la clandestinidad y la persecución cotidiana. En un contexto donde ser gay era un delito perseguido. Situación que a una mayoría les destinaba a la indigencia, sin ningún derecho posible. Fueron estos los que el 28 de junio de 1969, en masa se rebelaron y frente a la represión en Stonewall decidieron luchar.

miércoles, 19 de junio de 2019

¡No hubo aborto! ¡Obligaron a parir una niña violada!


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Campaña Aborto Legal Sucre

"Bebé sobrevive a un Aborto" titulaba la prensa amarillista, en el caso de la niña de catorce años, que producto de una violación quedó embarazada y solicitó la interrupción voluntaria del embarazo. Pero, no hubo aborto, el Estado le negó el acceso a un aborto no punible como establece la norma. Dilataron el proceso hasta que la niña cumpla las  26 semanas de embarazo, para luego inducirle  un parto prematuro.
Hacer parir por la fuerza a una niña violada, es una abominación, que la iglesia, pretende mostrarnos como si fuera un milagro. No, en realidad es tortura. Le imponen a una niña violada la maternidad y pavonean su victoria. Se impuso la vida sobre la “cultura de la muerte y el asesinato” nos dice la iglesia, que representan la cultura de la violación, la pedofilia y la impunidad. ¡Hipócritas!
Las Mujeres Organizadas por el Derecho al Aborto Legal Sucre, exigimos al Estado las garantías para que se cumpla la norma.
Exigimos que se procese al personal médico que obstaculizó un aborto oportuno y expedito.
Nos manifestamos contra la cruzada oscurantista que la Iglesia, que, en complicidad con el Estado, han montado obligando a una niña violada a ser madre.
Denunciamos la misoginia y el machismo de los actuales burócratas del Estado (Evo y Urquizo manoseador de mujeres). Denunciamos también la extensión de privilegios que el gobierno le otorgó a las iglesias en la nueva LEy de Libertades Religiosas.
Exigimos se garantice el Estado laico, con la separación efectiva del Estado y la Iglesia.
¡No hubo aborto! ¡Obligaron a parir una niña violada!

¡Abajo el pacto oscurantista de la Iglesia y del Estado cómplice!

¡Educación para decidir, anticonceptivos para no abortar y ABORTO LEGAL para no morir!

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miércoles, 12 de junio de 2019

Cruzada orcurantista sobre los hombros de una niña

Erwin Bazán, y el padre Jordá, en representaciòn de la iglesia oscurantista, posan junto a un profesional de la salud a lado de la incubadora en que se encuentra la bebé prematura, nacida de la violación a una niña de 14 años. 
Por: Mila Matías

No es el bendito fruto del vientre de una virgen concebida por obra y gracia del Espíritu Santo. No es una de esas historias de fantasía que nos siguen contando en pleno siglo XXI. Es el fruto de la violación de un hombre de 43 años sobre una niña de apenas 14. Ella era la trabajadora y él, el patrón. Pero, aun así, la iglesia en pleno se regodea haciendo bandera de una injusticia -tanto para la niña violada (hoy madre) como para la bebé nacida prematura- , e intentando presentar como milagro un acto abominable por donde se lo vea.

“Me ha tocado como una especial bendición (…) apadrinar espiritualmente a una sobreviviente del aborto, a una bebé que se convierte en la denuncia viva de una cultura de la muerte, de leyes que engendran muerte”, de esta forma se refería Erwin Bazán, secretario de la prensa del Arzobispado de Santa Cruz y autonombrado padrino de la bebé, que en un acto más de su campaña oscurantista la bautizaron Victoria.

Se sienten victoriosos -¡cómo no!- de que una niña no haya podido decidir libremente, obligándola a ser madre cuando ella jamás así lo quiso, sin reparar en el dolor, ni el daño irremediable, ni en los sueños frustrados de una niña de escasos recursos que, para seguir viviendo, estudiando y pensando en un futuro posible tuvo que optar por trabajar y terminó siendo violada.

No hubo aborto, obligaron a parir a una niña

“Bebé sobrevive a un aborto” se apresuró a titular la prensa amarillista. Pero acá no hubo aborto, acá hubo inducción a un parto prematuro. Agarrándose de la objeción de conciencia, se negaron la solicitud de una niña violada. Obstaculizaron el acceso a un aborto no punible con la prontitud que merecía. Dilatando el proceso, que debió ser expedito (24 horas), se obligó a una niña a cursar un embarazo hasta la semana 26 y se la obligó a parir. Así de atroz. Una abominación donde el Estado tiene su alta cuota de responsabilidad, porque no tuvo la voluntad política de contrarrestar la objeción de conciencia, designando de forma inmediata a otros profesionales médicos que cumplan la norma haciendo posible el acceso a un aborto en caso de violación a una menor de edad.

No hablen de aborto señores, acá se obligó a parir a una niña. Eso es lo real. La han forzado a una maternidad que ella no decidió ni deseó. Eso es tortura. Eso es violencia.

Este parto prematuro representa la cultura de la violación y de la impunidad sobre miles de mujeres y niñas. Es la manifestación viva del atropello que se comete contra las capas más pobres de los explotados, contra las mujeres y niñas trabajadoras. Contra las burguesas, no. Ni tampoco contra las pequeñoburguesas acomodadas. Ellas abortan en clínicas de lujo, allí donde la objeción de conciencia se la guardan en el bolsillo, junto a la marmaja de dinero que se cobra por un aborto -clandestino pero seguro. La desgracia de esta niña fue ser pobre, no poder pagar un aborto clandestino y aferrarse a una ley que no se cumple.

Como Pedro por su casa…

La “sacrosanta” iglesia dice estar acompañado a la niña victima de violación “con todos los medios necesarios” y que en coordinación con la Defensoría de la Niñez (¡qué despropósito!) han asignado una psicóloga -perteneciente al Servicio de Orientación Familiar de la Iglesia católica- para “asesorar” a la víctima. ¿Para que asuma la maternidad tal vez?

¿Por qué la iglesia tiene que meter sus sucias manos en un asunto que le compete al Estado? ¿Sucias manos? Sí, porque están pringadas de los aberrantes casos de pedofilia que, como institución, encubrieron hasta el cansancio.

Resulta que ahora, en plena vigencia del “Estado Laico”, caminan por los hospitales cual Pedro por su casa. Tienen acceso a la víctima. Meten sus narices por donde se les antoja y, con total impunidad, introducen su hipócrita moral al seno de una familia signada por el dolor y el sufrimiento. Se regocijan y publicitan sus “logros” por todos los medios. Ahora dicen que consiguieron que una tía de la víctima acepte hacerse cargo de la bebé. Es decir, que la bebé se queda en el seno familiar, como una lacerante herida sobre la niña violada.

A ellos, no les importa las víctimas, ni la niña violada, ni la bebé prematura. No se harán cargo. Por eso el flamante padrino llama que “adoptemos a Victoria en nuestros corazones”. Dictar normas morales y luego lavarse las manos, es lo único que saben hacer los hipócritas.

Pero, es el Estado quien permite que la iglesia se tome atribuciones que no le competen. Porque estamos no sólo ante un atropello clerical, sino frente a una cruzada del Estado y la Iglesia para someter a las mujeres más pobres. Porque para la Iglesia, como para el Estado burgués, las mujeres no son nada más que úteros, incubadoras vivientes que producen hijos, no importa si estos son producto de violaciones, no importa si las violadas son adultas o niñas y tampoco importa el destino que vayan a correr estos hijos. El Estado y la Iglesia deliberan y deciden sobre el cuerpo de la mujer, la obligan a parir, pero luego se desentienden, y la maternidad se lleva en las condiciones más deplorables (desempleo, trabajos precarios para las familias trabajadoras, pésimos sistemas de salud y educación etc.) con la -¡ahora sí!- absoluta ausencia del Estado. Es ahí que la iglesia aparece nuevamente, cumpliendo su rol de garante del estatus quo, adormeciendo a los pobres y resignándolos a sus padecimientos impuestos por un sistema de opresión y de violencia.

¡Basta!

La injerencia de la iglesia es violencia y sometimiento para las mujeres y el pueblo. Hoy más que nunca es urgente levantar nuestra voz por la separación de la Iglesia del Estado. No sólo hay que expulsarla del sistema educativo y del sistema de salud, hay que expropiar todos sus bienes. Ruta contraria a la asumida en la flamante Ley de Libertades Religiosas, donde se le extiende los privilegios.

¡Basta! Desde nuestras entrañas, desde nuestra opresión cotidiana, salgamos a luchar y a organizarnos contra este sistema, maquinaria de explotación y opresión hacia nuestra clase y hacia nuestra condición de haber nacido mujeres.


lunes, 10 de junio de 2019

Huelga de trabajadoras del PLANE hace retroceder adjudicación trucha


Luego de seis días de vigilia y protesta permanente, las trabajadoras del PLANE, recibieron la noticia de que la empresa, a la que la Alcaldía de Cochabamba había beneficiado con una contratación trucha, desistió. 

Esta empresa pretendía recontratar sólo a una parte de las trabajadoras despedidas del PLANE y así debilitar la lucha, dividiendo a las movilizadas.  Hoy, sin embargo, da un paso al costado, no por el temor que sienten sus trabajadores ante las protestas –como argumentan-, sino por los métodos de lucha utilizados por las obreras despedidas que vislumbraba una perspectiva nacional y continuar hasta lograr contratos permanentes, no sólo los contratos por obra.

La lucha de las trabajadoras del PLANE, puso en evidencia, una vez más, lo ya extensamente conocido: que los contratos de obras que manejan las instituciones del Estado se realizan de manera arbitraria e irregular. En el caso al que hacemos referencia, se evidenció que la adjudicación se la hizo de manera personal a la señora Marcela Flores Valdivia y que ésta recién en medio del proceso se conformó legalmente como empresa. Otra irregularidad fue que no cumplía con los 2 años de experiencia en el trabajo que solicitaba el documento base de contratación.  

El argumento aquel de que la adjudicación se la realizó a ésta empresa (fantasma) porque cobraba más barato, oculta el compadrerío y las irregularidades de por medio y devela el carácter explotador del Estado capitalista. En el caso de la Alcaldía de Cochabamba, no sólo dejaron sin fuentes de empleo a obreras que superexplotaban, sino que, en el momento de la movilización sólo dieron la cara para, en más de una ocasión, desalojar por la fuerza a las movilizadas, dejándolas fuera de las aceras techadas, con la intención de que éstas pasen frío y desistan de la medida de presión.

No faltó el oportunismo politiquero, como el del concejal Jiménez, que intentó pescar en río revuelto viabilizando la revisión de la contratación en el Concejo Municipal, un rol que debió haber cumplido antes de la contratación trucha.

Queda claro que, el único mérito es de las trabajadoras movilizadas, de sus métodos de lucha, que no son otros que los métodos de la clase obrera.

Esta pequeña victoria sólo debe ser el primer round. Exhortamos a las trabajadoras del PLANE en su conjunto a continuar la lucha por contratos permanentes (indefinidos) y con la seguridad social que corresponde a cualquier trabajador y que el Estado es el primero en incumplir.  Sólo así se dejará atrás la tercerización y dejarán –las microempresas formadas por trabajadoras- de ser intermediarias de la autoexplotación.   Lanzarse a esta cruzada requerirá extender la lucha a un plano nacional, incorporando no sólo a todas las trabajadoras del PLANE, sino sumando el apoyo de todos los trabajadores tercerizados y precarizados por el Estado.

¡Viva la victoria de las trabajadoras del PLANE!
¡Abajo la precarización laboral, impuesta por el Estado capitalista explotador!

jueves, 6 de junio de 2019

De superexplotadas a desempleadas

Por: Mila Matias

El gobierno municipal de Cochabamba ha decidido dejar en la calle a aproximadamente 300 obreras del PLANE (Plan Nacional de Empleo de Emergencia). Se trata de mujeres trabajadoras pobres, muchas de ellas enfrentan la maternidad en soledad, y que en total abandono han optado por este tipo de empleo temporal, con los sueldos más bajos, sin beneficios, aguinaldos, etc. Es decir, un empleo caracterizado por la precarización y comandado por el propio Estado, en este caso la alcaldía cochabambina.


Está de por medio la licitación de la limpieza de la laguna Alalay a una microempresa. Y vaya a saberse cuál y en qué condiciones.  Es secreto a voces que los procesos de licitación en las instituciones del Estado se realizan a base de negociados y coimas.


PLANE, el rostro de la precarización laboral femenina

El PLANE pone al descubierto la cara antiobrera y de políticas de precariedad laboral de los gobiernos neoliberales -que el MAS se apropia como suyos. El Estado boliviano en 2001 se calzó el látigo de patrón para superexplotar directamente a obreros, en vez de ofrecer empleos de calidad y bien pagados.  Todo esto lo hizo con el pretexto de que el Estado impulsaba los empleos, incrementaba la “transferencia de recursos a los más pobres”, cuando en realidad participaba del festín de fuerza laboral desesperada. 

El PLANE ofrece empleos temporales, sin beneficios sociales y con un sueldo miserable; por la realización de trabajos de mantenimiento de obras, empedrado de aceras, limpieza de canales, etc. Un trabajo esforzado y mal pagado, que es desempeñado generalmente por mujeres.  Son tan duras las tareas que el programa no acepta mujeres en estado de gestación por el esfuerzo físico que requiere este tipo de empleo.

Este tipo de políticas pone de manifiesto la vía adoptada por los gobiernos en el tema empleo: la flexibilización laboral.  Un requisito para “beneficiarse” con el PLANE es ser parte de la población vulnerable (mujer, pobre, joven, desempleado). Es decir, estar en una situación de desesperación tal que se vuelva necesario aceptar cualquier trabajo, precario, temporal y mal remunerado, sin seguridad social de ningún tipo.  Puesto que la persona es contratada sólo por el lapso de tiempo que dure la obra, que puede ser desde una semana hasta 3 meses, y luego entra en paro hasta esperar un nuevo contrato.  Y es que el en capitalismo ser superexplotado, resulta siempre mejor que ser desempleado.

Política de generación de empleo en Bolivia: precariedad, sobre todo

Más allá que el PLANE -fracaso, porque no pudo paliar el desempleo- el gobierno se jacta de que los niveles de éste han disminuido. “Hemos presentado el dato oficial al cuarto trimestre del año 2017 que da cuenta que la tasa de desempleo es de 4,48 %, que nos sitúa entre los países que tenemos la menor tasa de desempleo de la región”, se llenaba la boca la ministra de Planificación, Mariana Prado. (El Deber, 2018).  Sin embargo, lo cierto es que en Bolivia no hay que buscar en el nivel de empleo, pues el problema en el país radica en que los empleos son los de peor calidad, y muchas veces “autoempleos”.

¿Quién en Bolivia puede decir que tiene un empleo estable, bien remunerado, con beneficios sociales y que no sea en condiciones de superexplotación? 

Sucede que las cifras oficiales de desempleo tienen a ocultar el subempleo. Datos de desempleo bajos en un país, puede ser síntoma de que existe un gran mercado laboral informal o que muchos potenciales trabajadores se han rendido y han dejado de buscar trabajo.  “Economistas del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), han advertido que una gran parte del empleo pertenece al sector informal, lo que los hace muy precarios.” (EL DIA 2018).

Evo Morales y la Ministra de Planificaciòn anunciando el Plan Generación de Empleo, junto a la Confederaciòn de Empresarios privados y la CAINCO

El Plan de Generación de Empleo, subsidio a la ganancia de la patronal

La política estatal en torno al empleo, no es prioridad, aunque así pretendan mostrarlo con su reciente Plan de Generación de Empleo (PGE). Recordemos que, sin remordimiento alguno, el gobierno dejó a 1200 trabajadores en la calle, con el cierre de Enatex en 2016. Mismo destino que sufrieron los trabajadores de Ecobol (correos de Bolivia) a principios de 2018.

Si tenemos en cuenta que en el país la población económicamente activa asciende al 61,1% (casi 7 millones de habitantes) y que con cifras oficiales 600 mil personas estarían desempleadas en el país, el tan publicitado PGE (puesto en marcha por el Ministerio de Planificación y Desarrollo en 2017), es insuficiente. Se propuso generar 58 mil empleos a mediano plazo, y de 2018 a 2019 habría generado apenas 6 mil empleos.

Pero no sólo tiene un limitado alcance, hay que observar también la calidad del empleo. Se trataría de empleos que están en el marco de proyectos de infraestructura y mejoramiento urbano o rural. “Estos puestos de trabajo fueron temporales. Lo que ha generado este plan, en mayor número, son empleos temporales, es decir, más empleos precarios” aseguraba investigador Bruno Rojas en una entrevista a Correo del Sur (julio de 2018).

Como si no fuera poco, el Plan involucraba incentivos a las instituciones y empresas privadas que promuevan la inserción laboral. El estado se haría cargo de los costos del pago a la Caja Nacional de Salud, y no la empresa privada. De este modo la empresa tendría un ahorro de alrededor de un 30%, es decir que el Estado asumiría costos que debiera asumir la patronal de la empresa privada.  Y en el caso de los empresarios que ingresan a licitaciones realizadas por el estado y que contratan trabajadores jóvenes, reviven una bonificación del 5%[1].  Así, los planes de generación de empleo, no terminan beneficiando a los trabajadores, sino a la patronal, a quienes el “proceso de cambio” les termina subsidiando la ganancia.

Es ahora, cuando las organizaciones de izquierda y aquellas que dicen defender los derechos de las mujeres debieran manifestarse y solidarizarse contra el despido de las trabajadoras del PLANE.