jueves, 24 de octubre de 2019

EL PUEBLO NO DEBE DERRAMAR UNA SOLA GOTA DE SANGRE POR LOS CANDIDATOS DEL IMPERIALISMO


1.   El imperialismo que se expresa a través de la OEA, que dio el espaldarazo a Evo Morales diciendo que la re postulación forzada de éste era un derecho humano, hoy pega un viraje. En su rol de veedora, la OEA, desacreditó al Tribunal Supremo Electoral (TSE), nada menos que en pleno escrutinio. Dio así, impulso impulso a la oposición derechista que lanzó el grito al cielo por el “pisoteo de la democracia” a partir de la suspensión del cómputo por parte del TSE y que, como tendencia, vislumbraba la posibilidad de una segunda vuelta. 

Ante los conflictos generados por el proceso eleccionario, a sugerencia del gobierno de Morales, la OEA luego acepta auditar el mismo e ipso facto eleva un informe en el que “recomienda” la realización de una segunda vuelta independientemente de los resultados, cualquieras sean los que arroje el resultado final de la votación. A su vez el delegado de EEUU a la sesión permanente de la OEA, acusa al gobierno boliviano de “robar” las elecciones y “cocinar” los resultados. 

Estas declaraciones no tuvieron en realidad otro fin que avivar las movilizaciones de la oposición, que se traducen en paros cívicos, quemas de Tribunales electorales, etc.  Es decir que la injerencia imperialista está apostando por la confrontación y tiene responsabilidad en los posibles enfrentamientos que puedan producirse entre el pueblo boliviano que se enfile detrás de Mesa o detrás de Evo.


2.   Las recientes elecciones, evidencian el desgaste político del MAS reflejado en su retroceso electoral con respecto a las anteriores elecciones en las que ganaba con la mayoría absoluta. Al 83% del escrutinio la tendencia de la votación señalaba la segunda vuelta, con 45% de votos a favor del MAS y 38% por Carlos Mesa. Hasta ahí el cómputo, Morales no alcanzaba la diferencia suficiente de diez puntos porcentuales para coronarse como presidente en la primera vuelta.

Habiendo llegado hasta este punto torciendo sus propias normas y desconociendo los resultados del Referéndum del 21 F—por él convocado- que rechazó su re postulación, el partido gobernante no está dispuesto a ceder la silla presidencial exponiéndose a una segunda vuelta, pues significa su derrota en un escenario de alianza de todas las fórmulas opositoras tras Comunidad Ciudadana de Mesa. Es así que, entre maniobras desatinadas (la suspensión del conteo de votos por parte del Tribunal Supremo Electoral) y las denuncias de fraude, Evo Morales salió a agradecer su victoria, confiando en que los votos del campo que faltaban escrutar le otorgarían la silla en primera vuelta.

3.  Alentado por las declaraciones de la OEA que había sembrado dudas sobre el proceso electoral, Carlos Mesa llamó a movilizaciones nacionales, dando paso al rearme de los Comités Cívicos en cada departamento, que convocan a paros nacionales.

El llamado de Mesa fue respondido rápidamente, dado que se había preparado por meses una “resistencia” ante un eventual fraude. Se producen concentraciones, tomas y quemas de Tribunales departamentales electorales; los paros cívicos indefinidos que tienden a tornarse nacionales, donde piden la renuncia del TSE, rechazando cualquier resultado que no sea la “segunda vuelta”.  Mientras se escuchan rumores de que la policía boliviana en varios departamentos habría convenido en no realizar acciones contra los movilizados, y en ese sentido dejar hacer a la oposición.  

Así mismo el Comité Nacional por la Defensa de la Democracia, anclada en La Paz, que reúne a personajes políticos de derechos humanos y otros, agitó a la movilización, declarando el ingreso a una lucha hasta que el gobierno se vaya.  Las juntas vecinales de El Alto, que en 2003 hicieran el bloqueo al gobierno de Goni también llaman a rechazar el prorroguemos del MAS. 

4.   Con la cabeza gacha, la posición derechista acató el dictamen del imperialismo y tuvo que participar en las elecciones aceptando la re postulación forzada de Evo Morales.  Hoy alentados por ese mismo imperialismo, agitan como bandera la defensa del voto ante la realización de un “fraude descomunal” y promueven, al igual que el MAS, la confrontación en pos de hacerse de la silla presidencial.  Hasta el momento, sin embargo, la presentación de las pruebas que demuestre la magnitud  del mega fraude, sigue pendiente. No se trata de mera ligereza, la oposición tiene la intención de incorporar al conflicto y en su favor toda la población que votó contra Evo Morales. 

Cabe destacar que la idea de fraude se viene gestando con anterioridad a las elecciones.  No descartamos la realización de fraude por parte del gobierno. Pero identificamos que el actuar de la oposición derechista sigue el mismo guion que el imperialismo y la derecha venezolana utilizaron contra Maduro: la agitación en torno al fraude, la defensa del voto, la defensa de la democracia y contra la dictadura comunista.


5.    Los trabajadores no se pronuncian de manera independiente, y toman partido en uno u otro bando, es decir se disuelven ante la iniciativa de las organizaciones que le son extrañas.  Llegaron a las elecciones con sus organizaciones matrices desorganizadas, o en el peor de los casos diluidas ante la cooptación de sus dirigencias y sindicatos. 

Esta ausencia de dirección y de una alternativa de izquierda dio como resultado que los centros obreros más importantes sigan otorgando su apoyo a Evo Morales. En centros mineros como Huanuni  y Colquiri, el MAS se impuso con cifras superiores al 60%.  La prédica de una izquierda que asegura que las masas han roto definitivamente con el MAS y que han superado cualquier ilusión en la democracia burguesa, habiendo llegado la hora de la insurrección, cae en saco roto. Los resultados eleccionarios en distritos obreros y campesinos demuestran lo contrario. Éstos no han superado al MAS, constituyéndose esto en la gran limitación política actual. Es evidente que el MAS con o sin fraude concentra aún un gran caudal de votos de trabajadores y campesinos que, a pesar de haberse desilusionado de Evo Morales, no van a dar su voto para el regreso de Mesa.

Es la ausencia de una alternativa de izquierda, obrera y socialista, capaz de dar pelea en todo ámbito (incluso el electoral, utilizando esta tribuna para agitar lucha de clases) la que genera que las organizaciones de masas trabajadoras, puedan terminar en esta coyuntura, cerrando filas con el MAS,  dándole vigencia al partido traidor de las movilizaciones de octubre de 2003. Mientras, amplios sectores de la pequeño burguesía urbana se ponen bajo la dirección de la oposición derechista y sus devaneos racistas que quieren la “cabeza del indio”.

6.  Nos encontramos entonces, en el marco de una pugna de dos variantes de la burguesía y del imperialismo por hacerse de la administración del aparato del estado burgués. Y en la medida que la clase obrera no interviene con fisonomía propia e independiente, los bolivianos de manera irreversible son conducidos al enfrentamiento en función no de los intereses de los oprimidos, sino de las ambiciones  y pugnas de los representantes de la burguesía y del capital (Evo Morales y Carlos Mesa). A fin de cuentas, al imperialismo le sirve tanto Morales como Mesa. Aunque Morales haya demostrado con creces su obsecuencia con el capital, lo que prima es el cálculo a nivel latinoamericano. Al ver que las masas se resisten a las medidas de ajuste, el imperialismo espera ver en Bolivia un enfrentamiento que lleve a la desmoralización de las luchas populares, agotándolas en una lucha interburguesa.  Una salida un tanto arriesgada en el marco de la rebelión continental de masas.

7.  Rechazamos, por tanto, la injerencia imperialista en el país, que ha metido sus manos en la elección para resguardar los intereses de la burguesía imperialista en contra de los explotados.

8.  Denunciamos que es bajo la consigna de defensa del voto y la democracia, que ambos candidatos azuzan al enfrentamiento entre pobres. 

9.    Llamamos al pueblo boliviano a no derramar una sola gota de sangre por estas dos variantes de la burguesía que hoy pugnan por la silla presidencial, y advertimos que cualquiera sea que entre será para servir al imperialismo y arremeter contra el pueblo trabajador.

10. El reto es reorganizar a la clase obrera intervenir en escena de manera independiente y en la perspectiva de la resistencia contra los ajustes que se vienen lo mismo con Evo que con Mesa.

Revolución o Barbarie – Agrupación Clasista de Mujeres
Unión por la Revolución Permanente
e Independientes


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