lunes, 11 de noviembre de 2019

Evo claudica ante el imperialismo y le abre paso a la extrema derecha golpista



El gobierno  bonapartista de Evo Morales, ha ido quedando solo en esta crisis electoral tras el abandono de sus aliados de la CAO, el empresariado agroindustrial cruceño, y de la Policía amotinada pidiendo su renuncia. El rumbo determinante lo han cumplido la Fuerzas Armadas, que, rompiendo la cadena de mando  se autoproclaman  “neutrales”, colocándose en realidad, bajo mando de la oposición derechista más reaccionaria que es la que ha ganado terreno, dirigiendo la resolución de esta crisis a su favor.


LA INTERVENCIÓN IMPERIALISTA Y LA CLAUDICACIÓN DE EVO

El veredicto de fraude electoral que ha dado el imperialismo expresado en la OEA,  ha jugado su peso importante en lo que a simple vista podría entenderse como una salida institucional forzada de la crisis. El imperialismo yankee se ha decantado por la variante burguesa más reaccionaria. Pero, detrás de las cortinas de esa salida institucional (la movilización de la masa en “defensa del voto” y la “democracia”), se percibe el golpe orquestado por la derecha en contubernio con el imperialismo.  

Desde nuestra organización hemos venido rechazando y denunciando la injerencia imperialista en todo el proceso eleccionario, desde el espaldarazo que éste dio a la re postulación forzada de Evo Morales.

Denunciamos además fue Evo Morales que permitió que la oposición derechista más extrema levante cabeza, con sus sucesivos pactos y concesiones con la burguesía nativa.  Fue también Evo Morales, el que permitió la injerencia imperialista cuando lo coloca como árbitro de la crisis abierta con las elecciones, pactando la auditoria vinculante, que ahora cuestiona manifestando el informe de la OEA no es técnico, sino político.  El imperialismo jamás es imparcial y Evo Morales ha entregado su cabeza en bandeja y sin ninguna oposición y resistencia al golpe.

 Apelar a la resistencia y la movilización de sus bases en su defensa,  le significaba al gobierno arriesgarse a una carnicería y a una posible guerra civil en donde, con el imperialismo y el aparato de represión neutralizado o en bando contrario, Evo Morales tenía las de perder. Sin embargo esta vía abría un escenario más adverso para el imperialismo en el cuadro regional latinoamericano, donde apuesta a neutralizar las rebeliones populares. Es así que,  la claudicación de Evo Morales ante el imperialismo, involucra  un fortalecimiento a la derecha bolsonarista y los gobierno francamente más derechistas de la región, esto frente a las rebeliones de masas que recorren  Latinoamérica (México,Chile, Ecuador y Colombia) 

El DESGASTE DEL MAS

El aislamiento final del MAS en esta crisis se debe a una ruptura con él -de una parte de los sectores populares que lo apoyaban- ante sus alianzas con la burguesía nativa  e imperialista . Los procesos electorales han dado cuenta de su degaste. Se ha expresado en la reducción de votos en más de un 30%. Principalmente en las ciudades pero también en el campo. Y las clases medias bajas decepcionadas del MAS, en ausencia de una dirección de izquierda, han pasado a reforzar el bloque opositor reaccionario. Son 13 años en que el MAS ha dado golpe tras golpe a la clase trabajadora y sectores populares, incluso a sus bases indígenas (caso ADEPCOCA). Consolidó una política antipopular y antiobrera, rompió y estatizó las organizaciones populares y de trabajadores como la COB. Despolitizó y corrompió a sus bases. Reprimió las luchas indígenas. Fomento la corrupción de sus partidarios. Hizo pactos con la iglesia a costa de postergar los derechos de las mujeres trabajadoras. Abandonó a los pequeños campesinos mientras daba incentivos al agronegocio. Hoy esa traición le pasa factura.

LA DERECHA TIENE LA CAMA TENDIDA

 La oposición derechista más radical, rápidamente se ha encaramado sobre la dirección del proceso de movilización de masas,  imponiendo sus consignas y trazando los pasos a seguir.  Su pedido no se ha detenido en la  convocatoria a nuevas elecciones y la renuncia de Evo Morales  y la burocracia masista en desbande. Rápidamente la justicia  ya ha emitido órdenes de aprehensión para los miembros del Tribunal Supresmo Electoral y para el propio ahora, expresidente.

El informe vinculante de la OEA, orientada a confirmar el fraude, tiene consecuencias incluso sobre la existencia  misma del MAS como partido. La incurrencia en fraude implicaría la pérdida de su personería jurídica. El pedido de “nuevas elecciones sin Evo ni Alvaro” no sólo  está garantizado.  Sino que estamos ante la posibilidad de que las elecciones se realicen sin el MAS. Esto  no es otra cosa que la proscripción de aquel voto, que con fraude o no,   fue otorgado  al MAS por una parte importante de los oprimidos (ciertos sectores obreros y campesinos principalmente). Esto le abre el camino electoral para la participación y el triunfo a la variante burguesa que ha ganado en este conflicto y a la derecha más reaccionaria en ese espectro. Camacho, a estas alturas, ya ha ingresado al palacio de gobierno en una toma simbólica con un tinte fascista, con la bandera y la biblia en el palacio y la quema de la wiphala. Si esta fracción derechista fascista y racista se encarma en el poder significará un retroceso de derechos elementales para la clase trabajadora, para las mujeres y sectores indígenas y campesinos. Aun en un ámbito de la democracia burguesa se instalaran acciones reaccionarias contra estos sectores populares y en lucha, estilo Bolsonaro hoy en Brasil.

 La izquierda que se sumó, sin delimitación política a la movilización para derrocar a Evo (el POR), ayudó a tenderle la cama a la derecha. Cimentando su seguidismo a la masa dirigida por la derecha, en la tesis de que “las masas han superado las ilusiones democráticas,  salió a derrocar al “mal gobierno”, haciendo causa común con la oposición derechista y sus grupos de choque de características fascistas como la Resistencia Cochala y la Unión Juvenil Cruceñista. Es más patético aún el papel, cuando -asentada en la misma tesis- esta izquierda es conocida por sus posturas con respecto a los procesos electorales en los cuales se abstiene invariablemente.  Las elecciones son el banquete servido para la derecha.

¿Qué HACER?

El asunto ahora, como antes, sigue siendo cómo marcar una alternativa independiente y de clase, en este nuevo escenario.  Con una intervención adecuada y en el marco de un panorama de ascenso de las rebeliones en Latinoamérica, la situación boliviana tendría una chance de evolucionar rápidamente y no quedar atrapada en el marco institucional del democratismo burgués capitalizado por la derecha.    En un escenario en el que una de las variantes de la burguesía, se ha impuesto y es precisamente la que va de la mano de la derecha más radical, la disputa de la izquierda está en intentar arrebatarle las masas a esta dirección.   Hay que tener en cuenta las voces que instintivamente tantean una posible independencia, cuando clamaban ni Evo ni Mesa.  Esta posición, puede volverse progresiva con la intervención de la izquierda  planteándose como alternativa.

La intervención de la izquierda como alternativa electoral, involucraría derribar la ley de organizaciones políticas altamente prescriptivas. Este camino que está vedado para la izquierda en lo inmediato.  Pero más importante que eso, en este momento, es levantar un programa de transformaciones sociales, teniendo en cuenta las reivindicaciones de las masas que el gobierno burgués del MAS no ha podido satisfacer, ni tampoco lo hará el próximo gobierno. Sigue pendiente para los oprimidos la nacionalización de los recursos naturales con control de los trabajadores contra el saqueo transnacional,  se mantienen vigentes las demandas de salario mínimo vital para combatir la precarización social de la clase trabajadora, sigue pendiente la redistribución e industrialización de la tierra etc.

Levantando ese programa en todo escenario, en lo inmediato corresponde luchar por Impulsar congresos de la COB con la amplia participación de delegados de base.  Se debe impulsar este congreso sobre la base de una denuncia implacable a la burocracia sindical que puso a la clase obrera bajo la regimentación de MAS y sólo lo abandona o toma distancia cuando este está arrinconado.  La burocracia es la responsable de hacer capitular a los trabajadores ante gobiernos patronales y burgueses.

La independencia política de la clase obrera, es un paso ineludible para que el proletariado avance hacia la construcción de su propio gobierno.

Revolución o Barbarie, 11 de noviembre de 2019

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