El
gobierno bonapartista de Evo Morales, ha
ido quedando solo en esta crisis electoral tras el abandono de sus aliados de
la CAO, el empresariado agroindustrial cruceño, y de la Policía amotinada
pidiendo su renuncia. El rumbo determinante lo han cumplido la Fuerzas Armadas,
que, rompiendo la cadena de mando se
autoproclaman “neutrales”, colocándose
en realidad, bajo mando de la oposición derechista más reaccionaria que es la
que ha ganado terreno, dirigiendo la resolución de esta crisis a su favor.
LA INTERVENCIÓN IMPERIALISTA Y LA CLAUDICACIÓN DE EVO
El veredicto de fraude electoral que ha dado
el imperialismo expresado en la OEA, ha
jugado su peso importante en lo que a simple vista podría entenderse como una
salida institucional forzada de la crisis. El imperialismo yankee se ha
decantado por la variante burguesa más reaccionaria. Pero, detrás de las
cortinas de esa salida institucional (la movilización de la masa en “defensa
del voto” y la “democracia”), se percibe el golpe orquestado por la derecha en
contubernio con el imperialismo.
Desde nuestra organización hemos venido rechazando y
denunciando la injerencia imperialista en todo el proceso eleccionario, desde
el espaldarazo que éste dio a la re postulación forzada de Evo Morales.
Denunciamos además fue Evo Morales que permitió que la
oposición derechista más extrema levante cabeza, con sus sucesivos pactos y
concesiones con la burguesía nativa. Fue
también Evo Morales, el que permitió la injerencia imperialista cuando lo
coloca como árbitro de la crisis abierta con las elecciones, pactando la
auditoria vinculante, que ahora cuestiona manifestando el informe de la OEA no
es técnico, sino político. El
imperialismo jamás es imparcial y Evo Morales ha entregado su cabeza en bandeja
y sin ninguna oposición y resistencia al golpe.
Apelar a
la resistencia y la movilización de sus bases en su defensa, le significaba al gobierno arriesgarse a una
carnicería y a una posible guerra civil en donde, con el imperialismo y el
aparato de represión neutralizado o en bando contrario, Evo Morales tenía las
de perder. Sin embargo esta vía abría un escenario más adverso para el
imperialismo en el cuadro regional latinoamericano, donde apuesta a neutralizar
las rebeliones populares. Es así que, la
claudicación de Evo Morales ante el imperialismo, involucra un fortalecimiento a la derecha bolsonarista
y los gobierno francamente más derechistas de la región, esto frente a las
rebeliones de masas que recorren
Latinoamérica (México,Chile, Ecuador y Colombia)
El DESGASTE DEL MAS
El aislamiento final del MAS en esta crisis se debe a una
ruptura con él -de una parte de los sectores populares que lo apoyaban- ante
sus alianzas con la burguesía nativa e
imperialista . Los procesos electorales han dado cuenta de su degaste. Se ha
expresado en la reducción de votos en más de un 30%. Principalmente en las
ciudades pero también en el campo. Y las clases medias bajas decepcionadas del
MAS, en ausencia de una dirección de izquierda, han pasado a reforzar el bloque
opositor reaccionario. Son 13 años en que el MAS ha dado golpe tras golpe a la
clase trabajadora y sectores populares, incluso a sus bases indígenas (caso
ADEPCOCA). Consolidó una política antipopular y antiobrera, rompió y estatizó
las organizaciones populares y de trabajadores como la COB. Despolitizó y
corrompió a sus bases. Reprimió las luchas indígenas. Fomento la corrupción de
sus partidarios. Hizo pactos con la iglesia a costa de postergar los derechos
de las mujeres trabajadoras. Abandonó a los pequeños campesinos mientras daba
incentivos al agronegocio. Hoy esa traición le pasa factura.
LA DERECHA TIENE LA CAMA TENDIDA
La
oposición derechista más radical, rápidamente se ha encaramado sobre la
dirección del proceso de movilización de masas,
imponiendo sus consignas y trazando los pasos a seguir. Su pedido no se ha detenido en la convocatoria a nuevas elecciones y la
renuncia de Evo Morales y la burocracia
masista en desbande. Rápidamente la justicia ya ha emitido órdenes de aprehensión para los
miembros del Tribunal Supresmo Electoral y para el propio ahora, expresidente.
El informe vinculante de la OEA, orientada a confirmar el
fraude, tiene consecuencias incluso sobre la existencia misma del MAS como partido. La incurrencia en
fraude implicaría la pérdida de su personería jurídica. El pedido de “nuevas
elecciones sin Evo ni Alvaro” no sólo
está garantizado. Sino que
estamos ante la posibilidad de que las elecciones se realicen sin el MAS. Esto no es otra cosa que la proscripción de aquel
voto, que con fraude o no, fue
otorgado al MAS por una parte importante
de los oprimidos (ciertos sectores obreros y campesinos principalmente). Esto
le abre el camino electoral para la participación y el triunfo a la variante
burguesa que ha ganado en este conflicto y a la derecha más reaccionaria en ese
espectro. Camacho, a estas alturas, ya ha ingresado al palacio de gobierno en
una toma simbólica con un tinte fascista, con la bandera y la biblia en el
palacio y la quema de la wiphala. Si esta fracción derechista fascista y
racista se encarma en el poder significará un retroceso de derechos elementales
para la clase trabajadora, para las mujeres y sectores indígenas y campesinos.
Aun en un ámbito de la democracia burguesa se instalaran acciones reaccionarias
contra estos sectores populares y en lucha, estilo Bolsonaro hoy en Brasil.
La izquierda que se sumó, sin
delimitación política a la movilización para derrocar a Evo (el POR), ayudó a
tenderle la cama a la derecha. Cimentando su seguidismo a la masa dirigida por
la derecha, en la tesis de que “las masas han superado las ilusiones
democráticas, salió a derrocar al “mal
gobierno”, haciendo causa común con la oposición derechista y sus grupos de
choque de características fascistas como la Resistencia Cochala y la Unión
Juvenil Cruceñista. Es más patético aún el papel, cuando -asentada en la misma
tesis- esta izquierda es conocida por sus posturas con respecto a los procesos
electorales en los cuales se abstiene invariablemente. Las elecciones son el banquete servido para la
derecha.
¿Qué HACER?
El asunto
ahora, como antes, sigue siendo cómo marcar una alternativa independiente y de
clase, en este nuevo escenario. Con una
intervención adecuada y en el marco de un panorama de ascenso de las rebeliones
en Latinoamérica, la situación boliviana tendría una chance de evolucionar
rápidamente y no quedar atrapada en el marco institucional del democratismo
burgués capitalizado por la derecha.
En un escenario en el que una de las variantes de la burguesía, se ha
impuesto y es precisamente la que va de la mano de la derecha más radical, la
disputa de la izquierda está en intentar arrebatarle las masas a esta
dirección. Hay que tener en cuenta las voces que
instintivamente tantean una posible independencia, cuando clamaban ni Evo ni
Mesa. Esta posición, puede volverse
progresiva con la intervención de la izquierda
planteándose como alternativa.
La
intervención de la izquierda como alternativa electoral, involucraría derribar
la ley de organizaciones políticas altamente prescriptivas. Este camino que
está vedado para la izquierda en lo inmediato.
Pero más importante que eso, en este momento, es levantar un programa de
transformaciones sociales, teniendo en cuenta las reivindicaciones de las masas
que el gobierno burgués del MAS no ha podido satisfacer, ni tampoco lo hará el
próximo gobierno. Sigue pendiente para los oprimidos la nacionalización de los
recursos naturales con control de los trabajadores contra el saqueo
transnacional, se mantienen vigentes las
demandas de salario mínimo vital para combatir la precarización social de la
clase trabajadora, sigue pendiente la redistribución e industrialización de la
tierra etc.
Levantando ese programa en todo escenario, en lo inmediato
corresponde luchar por Impulsar congresos de la COB con la amplia participación
de delegados de base. Se debe impulsar este
congreso sobre la base de una denuncia implacable a la burocracia sindical que
puso a la clase obrera bajo la regimentación de MAS y sólo lo abandona o toma
distancia cuando este está arrinconado.
La burocracia es la responsable de hacer capitular a los trabajadores
ante gobiernos patronales y burgueses.
La independencia política de la clase obrera, es un paso ineludible
para que el proletariado avance hacia la construcción de su propio gobierno.
Revolución o
Barbarie, 11 de noviembre de 2019
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