1. El
imperialismo que se expresa a través de la OEA, que dio el espaldarazo a Evo Morales diciendo que la re postulación forzada de éste era un derecho humano, hoy pega
un viraje. En su rol de veedora, la OEA, desacreditó al Tribunal Supremo Electoral (TSE), nada menos que en pleno
escrutinio. Dio así, impulso impulso a la oposición derechista que lanzó el grito al cielo
por el “pisoteo de la democracia” a partir de la suspensión del cómputo
por parte del TSE y que, como tendencia, vislumbraba la
posibilidad de una segunda vuelta.
Ante
los conflictos generados por el proceso eleccionario, a sugerencia del gobierno
de Morales, la OEA luego acepta auditar el mismo e ipso facto eleva un informe en el que
“recomienda” la realización de una segunda vuelta independientemente de los
resultados, cualquieras sean los que arroje el resultado final de la votación. A
su vez el delegado de EEUU a la sesión permanente de la OEA, acusa al gobierno
boliviano de “robar” las elecciones y “cocinar” los resultados.
Estas
declaraciones no tuvieron en realidad otro fin que avivar las movilizaciones de
la oposición, que se traducen en paros cívicos, quemas de Tribunales
electorales, etc. Es decir que la injerencia
imperialista está apostando por la confrontación y tiene responsabilidad en los
posibles enfrentamientos que puedan producirse entre el pueblo boliviano que se
enfile detrás de Mesa o detrás de Evo.
2. Las
recientes elecciones, evidencian el desgaste político del MAS reflejado en su
retroceso electoral con respecto a las anteriores elecciones en las que ganaba
con la mayoría absoluta. Al 83% del escrutinio la tendencia de la votación
señalaba la segunda vuelta, con 45% de votos a favor del MAS y 38% por Carlos
Mesa. Hasta ahí el cómputo, Morales no alcanzaba la diferencia suficiente de
diez puntos porcentuales para coronarse como presidente en la primera vuelta.
Habiendo
llegado hasta este punto torciendo sus propias normas y desconociendo los
resultados del Referéndum del 21 F—por él convocado- que rechazó su re
postulación, el partido gobernante no está dispuesto a ceder la silla
presidencial exponiéndose a una segunda vuelta, pues significa su derrota en un
escenario de alianza de todas las fórmulas opositoras tras Comunidad Ciudadana
de Mesa. Es así que, entre maniobras desatinadas (la suspensión del conteo de
votos por parte del Tribunal Supremo Electoral) y las denuncias de fraude, Evo
Morales salió a agradecer su victoria, confiando en que los votos del campo que
faltaban escrutar le otorgarían la silla en primera vuelta.
3. Alentado por las declaraciones de la OEA que había sembrado dudas sobre el proceso
electoral, Carlos Mesa llamó a movilizaciones nacionales, dando paso al rearme
de los Comités Cívicos en cada departamento, que convocan a paros nacionales.
El llamado de Mesa fue respondido
rápidamente, dado que se había preparado por meses una “resistencia” ante un
eventual fraude. Se producen concentraciones, tomas y quemas de Tribunales
departamentales electorales; los paros cívicos indefinidos que tienden a
tornarse nacionales, donde piden la renuncia del TSE, rechazando cualquier
resultado que no sea la “segunda vuelta”. Mientras se escuchan rumores de que la policía
boliviana en varios departamentos habría convenido en no realizar acciones
contra los movilizados, y en ese sentido dejar hacer a la oposición.
Así mismo el Comité Nacional
por la Defensa de la Democracia, anclada en La Paz, que reúne a personajes políticos
de derechos humanos y otros, agitó a la movilización, declarando el ingreso a
una lucha hasta que el gobierno se vaya. Las juntas vecinales de El Alto, que en 2003
hicieran el bloqueo al gobierno de Goni también llaman a rechazar el prorroguemos
del MAS.
4. Con
la cabeza gacha, la posición derechista acató el dictamen del imperialismo y
tuvo que participar en las elecciones aceptando la re postulación forzada de
Evo Morales. Hoy alentados por ese mismo
imperialismo, agitan como bandera la defensa del voto ante la realización de un
“fraude descomunal” y promueven, al igual que el MAS, la confrontación en pos
de hacerse de la silla presidencial.
Hasta el momento, sin embargo, la presentación de las pruebas que demuestre
la magnitud del mega fraude, sigue pendiente. No se trata de mera ligereza, la
oposición tiene la intención de incorporar al conflicto y en su favor toda la
población que votó contra Evo Morales.
Cabe destacar que la idea de
fraude se viene gestando con anterioridad a las elecciones. No descartamos la realización de fraude por
parte del gobierno. Pero identificamos que el actuar de la oposición derechista
sigue el mismo guion que el imperialismo y la derecha venezolana utilizaron
contra Maduro: la agitación en torno al fraude, la defensa del voto, la defensa
de la democracia y contra la dictadura comunista.
5.
Los
trabajadores no se pronuncian de manera independiente, y toman partido en uno u
otro bando, es decir se disuelven ante la iniciativa de las organizaciones que
le son extrañas. Llegaron a las
elecciones con sus organizaciones matrices desorganizadas, o en el peor de los
casos diluidas ante la cooptación de sus dirigencias y sindicatos.
Esta
ausencia de dirección y de una alternativa de izquierda dio como resultado que
los centros obreros más importantes sigan otorgando su apoyo a Evo Morales. En
centros mineros como Huanuni y Colquiri,
el MAS se impuso con cifras superiores al 60%. La prédica de una izquierda que asegura que
las masas han roto definitivamente con el MAS y que han superado cualquier ilusión
en la democracia burguesa, habiendo llegado la hora de la insurrección, cae en
saco roto. Los resultados eleccionarios en distritos obreros y campesinos
demuestran lo contrario. Éstos no han superado al MAS, constituyéndose esto en
la gran limitación política actual. Es evidente que el MAS con o sin fraude
concentra aún un gran caudal de votos de trabajadores y campesinos que, a pesar
de haberse desilusionado de Evo Morales, no van a dar su voto para el regreso
de Mesa.
Es la ausencia de una
alternativa de izquierda, obrera y socialista, capaz de dar pelea en todo
ámbito (incluso el electoral, utilizando esta tribuna para agitar lucha de
clases) la que genera que las organizaciones de masas trabajadoras, puedan
terminar en esta coyuntura, cerrando filas con el MAS, dándole vigencia al partido traidor de las
movilizaciones de octubre de 2003. Mientras, amplios sectores de la pequeño burguesía
urbana se ponen bajo la dirección de la oposición derechista y sus devaneos
racistas que quieren la “cabeza del indio”.
6. Nos
encontramos entonces, en el marco de una pugna de dos variantes de la burguesía
y del imperialismo por hacerse de la administración del aparato del estado
burgués. Y en la medida que la clase obrera no interviene con fisonomía propia
e independiente, los bolivianos de manera irreversible son conducidos al
enfrentamiento en función no de los intereses de los oprimidos, sino de las
ambiciones y pugnas de los
representantes de la burguesía y del capital (Evo Morales y Carlos Mesa). A fin
de cuentas, al imperialismo le sirve tanto Morales como Mesa. Aunque Morales haya
demostrado con creces su obsecuencia con el capital, lo que prima es el cálculo
a nivel latinoamericano. Al ver que las masas se resisten a las medidas de
ajuste, el imperialismo espera ver en Bolivia un enfrentamiento que lleve a la
desmoralización de las luchas populares, agotándolas en una lucha
interburguesa. Una salida un tanto
arriesgada en el marco de la rebelión continental de masas.
7. Rechazamos,
por tanto, la injerencia imperialista en el país, que ha metido sus manos en la
elección para resguardar los intereses de la burguesía imperialista en contra
de los explotados.
8. Denunciamos
que es bajo la consigna de defensa del voto y la democracia, que ambos
candidatos azuzan al enfrentamiento entre pobres.
9.
Llamamos
al pueblo boliviano a no derramar una sola gota de sangre por estas dos
variantes de la burguesía que hoy pugnan por la silla presidencial, y
advertimos que cualquiera sea que entre será para servir al imperialismo y
arremeter contra el pueblo trabajador.
10. El reto es reorganizar a la clase
obrera intervenir en escena de manera independiente y en la perspectiva de la
resistencia contra los ajustes que se vienen lo mismo con Evo que con Mesa.
Revolución o Barbarie –
Agrupación Clasista de Mujeres
Unión por la Revolución Permanente
e Independientes